viernes, 17 de diciembre de 2010

De las entrañas de un perro que cayo del cielo.


...Algo interesante me acaba de pasar por la mente. Son personajes famosos y los medios se nutren de ídolos, y la herramienta predilecta para tal fin es la apropiación de la imagen. John Peter Berger lo decía en “Modos de Ver”, que todos podemos poseer la imagen de la famosa Monalisa de Leonardo Davinci, hasta en nuestros calcetines, pero no podemos poseer el objeto en que se ha convertido la pintura, e incluso esta, quizás debe permanecer en secreto para no palidecer frente a la colosal presencia que tiene en el imaginario colectivo. Quienes la han visto sabrán (yo nunca la he visto) que se trata de un pequeño lienzo resguardado y protegido que mas tiene en común con una persona decrepita y moribunda, delicada e impotente, que con el poder de la idea que representa. Un ejemplo también muy burdo, Ernesto Guevara murió victima del anticuado uso del plomo, El Ché de Alberto Korda, solo puede morir en el oblivión de la desintegración de la raza humana y sus registros fotográficos (cuestión de tiempo) pero si morimos, hasta en la mente se ira con nosotros. ES INMORTAL.

Mi proyecto trata de enaltecer a las personas, en gran medida, para decirles lo que no puedo en palabras, pero si en acciones. Es romper el hielo de la vida cotidiana para poder tener una agradable conversación. Si he de idolatrarlos (los haré victimas de la Apoteosis, inyectada por medio de una bacteria Necro Luminosa) solo necesito sus imágenes, pues de otra manera perderán su status como los hombres sabios. Claro, no descarto la posibilidad de algún día conocerlos, pero serán personas, quizás muy agradables, quizás unos patanes, quizás unos amanzapelmasos, pero personas. Ahora aun son Semidioses por que están en todo momento en que los piense y los imagine.

Robaré sus imágenes y los reconstruiré como Dios creo a su imagen y semejanza a sus hijos (dudo que tuviera un espejo, así que posiblemente la imagen en que fue concebido el hombre, como ser, no como genero, debió haber sido mental) y de la misma manera, los homenajeare como mis maestros, pues me dedico a lo que debe hacer un pupilo, es decir, observar y reproducir lo que enseña el maestro. Soy muy literal, y reconstruyo al maestro en la medida de mis propias dimensiones, pero justo ahora pienso que debo evidenciar sus errores como justo antes expresé. No pueden ganar, mis maestros deben caer ante mi para demostrarles que soy un buen alumno, y que los respeto y adoro por sobre todas las cosa. A todos mis maestros.

Walter Benjamín en su libro “La obra de arte en la era de la reproducibilidad técnica” habla acerca de esta relación de recreación, siempre presente en el arte como el medio didáctico por excelencia, pero temía los riesgos del exceso en que las tecnologías solo respondieran a una demanda de mercado, y no de un objeto estético por el placer de la dificultad y la recompensa de su apreciación. Temía la perdida del Aura en el arte.

Joseph Beuys decía que “cada hombre es un artista, con facultades creativas que deben ser perfeccionadas y reconocidas”. Si cada hombre es un artista, y por tanto toda actividad es arte, la perdida del aura es una problemática que atañe a todo el mundo en conjunto?

¿Que relación tiene esto con Jugar o simplemente entretenerse? Espero dar mi opinión en el siguiente capitulo.

Fin del Capitulo Los Hombres Sabios.

este fragmento fue tomado de un texto apocrifo extraido quirurgicamente de las entrañas de un perro que cayo del cielo

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